La guerra del Arauco. «El Flandes americano»

La conquista española de las distintas tierras del Nuevo Mundo y de las islas del Pacífico se puede definir como de una conquista muy limpia, sustanciada en victorias rápidas, aún en los casos en los que el enemigo disponía de ejércitos muy superiores en número; conseguidas gracias a la mejor de las armas de guerra, el «pactismo» con muchos de los contendientes para derrotar a otros; y la ausencia, por lo general, de grandes represalias contra la población y hasta contra los propios soldados enemigos. Con el resultado de una pacificación muy rápida que permitía logros inmediatos, como la fusión con los pueblos derrotados, su evangelización y rápido instruccionamiento, y la implementación en el Nuevo Mundo de los hábitos y avances tecnológicos del Viejo Mundo.

Este proceso general conoció, sin embargo, una excepción: los pueblos araucanos que, a pesar de no ser, ni muchísimo menos, los más avanzados militar y políticamente hablando entre los existentes en el Nuevo Mundo, si serán los más correosos, los más reacios a rendirse, y los menos dispuestos a adaptarse a los nuevos avances y hábitos que se producían en el continente con la llegada de los españoles.

Dando lugar a una resistencia feroz, que cabe definir como verdadera Guerra del Arauco, hasta el punto de ser definida por el Rey Felipe II como «el Flandes americano».

La ponencia empezará realizando una descripción de los sucesos más importantes de la Conquista del Perú para luego centrarse en la guerra de los Araucos.