Autor: Julio J. Henche Morillas
El padre Bartolomé De Las Casas (Dominico. Predicador. Escritor y Teólogo.) nació en la Plaza de Colación del Salvador de Sevilla probablemente en 1484, aunque algunos datan su nacimiento en anterior fecha y murió en la Real Basílica de Atocha de Madrid el 18 de julio de 1566. Su padre, Pedro De Las Casas realizó el segundo viaje con Cristóbal Colon en 1493 a Las Indias y regresó a España para, al menos volver con algunos de sus hijos a América, entre los que se encontraba Bartolomé. En el mes de febrero del año 1502 zarparon de Sanlúcar de Barrameda en una de las 32 naves de la flota de Nicolas de Ovando nombrado gobernador de las Antillas y que fue la primera gran expedición de pobladores españoles que sumaban unas 2.500 personas, entre ellos mujeres y niños.
En la ciudad caribeña de “La Española” trabajó de agricultor en sus propias tierras y participó en acciones armadas con su padre, fuera para proteger las tierras en las que se habían asentado o para iniciar nuevas exploraciones expansivas en la isla. Bien sea por estos hechos que le causaron honda impresión, como cuando entró en contacto con los dominicos y en particular con el padre Montesinos que formuló un enérgico sermón en la misa de Adviento de 1510, contribuyó en su conciencia para ordenarse sacerdote en tiempo posterior.
En 1513 gozó de una concesión de encomienda con indios para trabajar las tierras, pero la orden de dominicos con la que tenía cada vez más contacto le sembraron dudas sobre la conveniencia de la encomienda, aunque hubiera justo título jurídico para ello. A partir de este momento parece que adopta un compromiso decidido para defender a los indios y pugnar sin contemplaciones con todos los poderes militares y civiles de las Indias, aunque esta actitud no era exclusiva de Bartolomé de las Casas , sino de la misma orden dominica de la que hicieron bandera propia, emprendiendo viajes a España en septiembre de 1515 donde obtuvo cartas de recomendación para visitar al Rey Fernando el Católico, pero el Rey murió en enero de 1516 , por los que en su lugar fue bien recibido y bien atendido por el Cardenal Cisneros y por el cardenal Adriano de Utrecht que empatizaron con sus reflexiones.
En 1520, solicita al emperador Carlos V, y éste le concede el 19 de mayo una “Capitulación y Asiento “para 300 leguas comprendidas entre Honduras y la Guayana, de las 1.000 leguas que había solicitado, para llevar a cabo sus planes de colonización sin que pudiera entrar ninguna español, seglar, soldado o poblador sin su permiso. El destino de sus pobladores era Santa Fe de Chiribichi donde murieron multitud de españoles, entre ellos un franciscano y cuatro seglares que le acompañaron y que libró de la muerte a Bartolomé De las Casas porque estaba ausente de viaje a Santo Domingo. Su bien manida por “negrolegendarios” obra “Brevísima relación de la destrucción de las Indias” hay que entenderla con este propósito, conseguir concesión de territorios en exclusiva reflejando números de víctimas improbables y que nadie puede tener por ciertos (Lewis Hanke, Pelham Box). Para su coetáneo conquistador de Nueva España Bernal Diaz del Castillo, la cifra de muertos que refleja De Las Casas en su obra “no pudieran hacerlo ni aunque los indios hubieran estado atados de manos”.
Se consagró como fraile dominico en 1522 después de este fracaso personal en Santa Fé, y amparado en la condición religiosa inició una guerra doctrinal y teológica que levantó enormes polémicas en la época, pues el mismo se reconocía vehemente e imparable, tanto en sus fines y como en sus medios, para alcanzar sus objetivos que no era otro que el de conseguir monopolios del rey para las órdenes religiosas con el fin de administrar territorios en América con el exclusivo modo de hacer evangelizaciones “ suaves” para la conversión pacifica de indios, y que no hacían otra cosa que excluir a otros pobladores de esos territorios que no contaran con su autorización. El modelo de concesión de nuevos territorios con potestad de exclusión no era más que el desarrollo de la idea que engendraron el mismo Cardenal Cisneros y Adriano de Utrecht con el jurista Palacios Rubio, de gran prestigio de la época y artífice destacado de las “Leyes de Burgos de 1512” de Fernando el Católico, de separar republicas de indios libres, de otras comunidades controladas por funcionarios reales.
En 1526 tras haber acabado su exigente formación religiosa, se le designa prior de un convento que debía construir en Puerto de la Plata en 1526 y allí empieza a escribir “Historia de las Indias”. De 1530 a 1532 se emplea a afondo en sus sermones de denuncia y en 1534 acompaña al dominico Fray Tomas de Berlanga para evangelizar el Perú donde esta el apogeo de la guerra y las luchas civiles, debiendo volver desde Ecuador a las costas de Costa Rica por, al parecer, impedimentos climatológicos. En 1537 es nombrado defensor de indios en la diócesis de México y el mismo año le concede nuevamente el emperador un territorio de evangelización en exclusiva “en Teziutlán de Guatemala denominado “Tierras de Guerra” junto con los frailes Fray Luis Cáncer, Fray Pedro de Angulo y Fray Rodrigo de Andrada que serían conocidos como “los cuatro de Santiago” refiriéndose a la capital del Territorio. Tampoco asiste en persona a la evangelización, que lo hace Fray Luis Cáncer sin perjuicio de la inteligente planificación que los cuatro hicieron valiéndose de indios mercaderes cristianizados por los que consiguen su aceptación en el territorio, aunque la experiencia volvió a acabar mal con el sacrificio y muerte de 33 frailes y muchos otros nativos convertidos al cristianismo a manos de otros indígenas.
Bartolomé De Las Casas, mas dispuesto a la actividad política de persuasión que a la evangelización personal en el terreno, se dedica a sumar cartas y memoriales, y acudir de nuevo a la búsqueda del emperador Carlos V consiguiendo a través del dominico presidente del Consejo de Indias Fray García de Loaysa acceder al mismo rey en Valladolid consiguiendo, a la vista de sus informes y también de los comisionados reales enviados a las Indias que se promulguen “ las Leyes nuevas para el buen tratamiento y conservación de los indios” que es otro peldaño de magnitud para garantizar con todo el peso de la ley la protección a los indios, así como la extinción de las encomiendas lo que vino a traer otros problemas graves de insurrección en Perú y México porque extinguía el derecho de transmisión hereditaria de las encomiendas a los hijos, de forma que se produjo un levantamiento de españoles que tuvo que aplacarse con el uso de la fuerza ( ejecución de tres notables como Gonzalo Pizarro, Francisco Girón y Francisco Sánchez) y la negociación con otros sublevados.
En 1544 es nombrado obispo de Chiapas y parte desde Sanlúcar de Barrameda con 46 frailes para reforzar su diócesis. En 1550 se convoca la Junta de Valladolid, convocado por el emperador Carlos V también conocida como la “Controversia de Valladolid” en la que se sometió a debate la legitimidad moral y continuidad de la expansión en América, hecho singular que no ha tenido parangón en ningún otro imperio. Esta controversia concluyó con una enconada hostilidad entre Gines de Sepúlveda y De las Casas. Éste actuó de todas las maneras para evitar la publicación del “Democrates Secundus” de Sepúlveda que era una obra que justificaba la conquista de América. Renuncia a la diócesis de Chiapas en 1550 (en la que había tenido escasa presencia) y Gines de Sepúlveda a su vez le denunciaría por alta traición. Desde 1552 se dedica a la actividad escritora de su principal obra basándose en el extraordinario fondo documental que se encontraba en el convento Dominico de San Pablo en Sevilla, abogando por la sustitución de indios por hombres de raza negra en América para los trabajos más forzados, lo que facilitó la explotación de esta raza particularmente por los portugueses, siendo consciente de que se había creado una gran injusticia también divulgó trabajos contra su inmoral tratamiento.
Hay que destacar que encontró clara oposición de otros religiosos bien considerados por los propios nativos y de verdadero arraigo en las tierras del Nuevo Mundo como Fray Toribio de Benavente, también conocido por los indios como “Motolinía” que en náhuatl significaba “Pobreza”. Este fraile escribe el 2 de enero de 1555 al emperador Carlos V y le dice : “ Yo me maravillo como V.M. y los de vuestro Consejo hayan podio sufrir tanto tiempo a un hombre tan pesado, inquieto e inoportuno, bulliciosa y pleitista, en habito de religioso, tan desasosegado, tan mal criado y tan injuriador y perjudicial y tan sin reposo… estuvo en el monasterio de Santo Domingo, y en él luego se hartó, y tornó a vaguear y andar en sus bullicios y desasosiegos, y siempre escribiendo procesos y vidas ajenas, buscando los mares y delitos que por toda esta tierra habían cometido los españoles, para agraviar y encarecer todos los males y pecados que han acontecido. Y en esto parece que tomaba el oficio de nuestro adversario, aunque él pensaba ser más celoso y justo que los otros cristianos, y más que los religiosos. Y el acá, apenas tuvo cosa de religión”.
En 1560 se traslada a la Real Basílica de Atocha de Madrid donde se estableció la corte de Felipe II para continuar su obra de persuasión a las altas esferas. Estando enfermo de muerte en julio de 1566 declara a favor de atribuir a la Corona la villa de Cobán de Guatemala para privársela a los encomenderos. El 13 de julio, mientras se encuentra en el lecho de muerte, se lee su memorial y testamento evangélico en el Consejo de Indias, en el que se resume su vida a favor de los indios y expresa sus últimos deseos de apoyo a las jóvenes iglesias del Nuevo Mundo. Expira en la citada Real Basílica el día 18 de julio de 1566.
Bibliografía:
“Fray Bartolomé De Las Casas” de Fray Isacio Pérez Fernández Editorial OPE. Caleruega. Burgos 1984.
“La Lucha por la Justicia en la Conquista de América”. Lewis Hanke. Ediciones istmo. Reedición 1992.
“Brevísima relación de la destrucción de las Indias”. Bartolomé de las Casas. Edición de Información y Revistas S.A. CAMBIO 16. 1992
“Las leyes de Indias: Ordenamiento de protección dela monarquía hispana a los pobladores nativos de América” . Julio Jose henche Morillas. Editorial Circulo rojo. 2021.
Real Academia de la Historia de España. Biografías. https://historia-hispanica.rah.es/biografias/6240